lunes, 28 de julio de 2008

DIÁLOGO Y CONSULTA

El diálogo que iniciaron los presidentes del PRI, PAN y PRD, a convocatoria de éste último, generó evidente molestia en el circulo lopezobradorista. Contra lo que pudiera pensarse, la discrepancia no responde sólo a visiones diversas sobre la táctica y la estrategia a seguir, aunque resulta innegable que se comparte la oposición a las iniciativas que presentó Felipe Calderón. En realidad, la diferencia es sustancial y además inaplazable en virtud de que ya está muy cerca el momento de las definiciones y las dos lógicas que convivieron en los debates y en la consulta ciudadana se bifurcan por necesidad. La disyuntiva surge porque no hay acuerdo sobre lo que en realidad está en juego: el petróleo o el poder.

Mientras la dirección del PRD y la mayoría de sus legisladores ven en la defensa de la propiedad nacional del petróleo y en el fortalecimiento de PEMEX las causas fundamentales de la lucha que se está librando y, por lo mismo, saben que el país requiere de una reforma energética, Andrés Manuel López Obrador piensa que ésta es la oportunidad que estaba esperando para ajustar cuentas con los que considera le arrebataron la presidencia de la república. Considera que no hay mejor tema para generar un amplio movimiento social rupturista que termine con la gestión calderonista y reconstruya a las instituciones que previamente mandó al diablo. En ese sentido, AMLO no requiere de acuerdos sino de agravios y, por lo mismo, desea y busca propiciar que el PAN vaya con el PRI en una “reforma privatizadora” que le dé la bandera de la defensa de la patria para enfrentar al régimen y mantenerse como un actor central en lo que venga. Más que una realidad, el PRIAN es una consigna necesaria para desdeñar la lucha institucional, colocarse como el único y real opositor, expresar que el régimen no tiene remedio ni capacidad para sanearse a sí mismo y, por lo tanto, sostener que “el único camino posible” es el de la insurrección pacífica del “pueblo”.

Por eso a nadie debe extrañar que tras el buen nivel de los debates haya aparecido la propaganda barata. López Obrador no necesitó leer la propuesta del PRI para descalificarla y equipararla con la propuesta calderonista -dada su estrategia no podía ser de otra manera-, al tiempo que promovió entre sus incondicionales la descalificación política y moral de quienes pretenden explorar la vía de los acuerdos dentro del PRD. Y es que en su lógica de confrontación no caben los matices ni los puentes. Hay que delimitar claramente los campos y echar al otro lado a los que estorban. No tiene por qué demostrar sus dichos ni preocuparse por que estos tengan correspondencia con la realidad; le basta con que le crean sus seguidores. Un acuerdo entre los partidos, una reforma de consenso en el marco de la Constitución que beneficie a PEMEX y al país sin privatizar, le frustraría sus planes. Es verdad que hay aspectos inaceptables para el PRD en lo presentado por Manlio Fabio Beltrones, pero eso no puede llevar a desconocer, por ejemplo, que el rechazo a la participación privada en refinación, transportación y almacenamiento son puntos importantes de acercamiento que permiten vislumbrar la posibilidad de construir una mayoría legislativa alrededor de una propuesta alternativa y que en sí misma significó el desplazamiento de las iniciativas de Calderón, por no decir la derrota de las mismas.

A nadie debe extrañar, por tanto, que no se vea a la consulta de la misma manera entre quienes la impulsaron. Para una parte ese ejercicio democrático debe servir para fortalecer una iniciativa propia que permita llegar en mejores condiciones a una negociación en el seno del Congreso y, por lo mismo, respalda el diálogo iniciado por Guadalupe Acosta Naranjo y el compromiso por él conseguido de que no habrá albazo legislativo. Pero la otra la ve como la fuente de legitimidad de un “No” que aspira a convertirse en revuelta y que por lo mismo debe ser intransigente y ciego. AMLO se va a autoerigir como vocero y genuino representante de los votantes para descalificar toda propuesta, así exprese lo mismo que él ha demandado. Así se entiende que descalifique cualquier acercamiento y cualquier alternativa. Desde hoy podemos decir que lo que se acuerde, sea lo que sea, será para él “privatización” y motivo para llamar a la resistencia civil pacífica que desestabilice al gobierno de Calderón. De ahí que pretenda imponer los tiempos de la calle sobre los tiempos institucionales, detener la presentación de las iniciativas del PRD y boicotear el diálogo. Andrés Manuel no está pensando en que se participe en la elaboración de dictámenes sino que esos se elaboren, como dijimos, sólo entre el PRI y el PAN. Como ya dijimos, quiere perder para luego regresar con “el pueblo” a, como él dice, “barrer a la clase política”.

La visión de Estado que privilegia el bien del país y no usa a PEMEX y al petróleo como pretextos para saciar intereses personales de legitimidad dudosa entiende a la consulta y al diálogo como necesarios y complementarios y se prepara para presentar una iniciativa propia que convenza a la opinión pública y sirva para derrotar con votos a la reforma calderonista. En ese camino es conveniente actuar con responsabilidad y explorar la posibilidad de construir una reforma de consenso que no divida al país ni enrarezca más aún el clima político, tal y como lo demandó la Universidad Nacional Autónoma de México como conclusión de sus foros. Sólo espero que por ese atrevimiento nadie cometa el exabrupto de catalogarla como “colaboracionista”, “espuria” y “al servicio de la derecha”.


De paso…

Obamanía. El virtual candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos cautivó a Europa. Señal de que ahí, como en muchas otras regiones de la tierra, hay esperanza de que cambie el país más poderoso del planeta. Me uno con entusiasmo a ese sentimiento y confieso mi obamanía, así como la esperanza de que cierto líder carismático de estos rumbos entienda lo que es pelear por el cambio y la justicia sin ser amenazante, sin excluir, sin derramar odio y deseos de venganza… Andrés Manuel López Obrador se aferró en vetar a Denise Dresser para que no acudiera a los debates del Senado en materia energética por parte del FAP, pero palomeó a Manuel Bartlet. Extraños son los criterios del “referente moral” de un sector de la izquierda, pues demuestra que por un lado castiga la independencia y por el otro que la integridad le vale un comino… El acercamiento de AMLO al PT y el raspón al PRD cuando señaló que aquél es “el partido que más lo ha apoyado” no debiera leerse como un amago de ruptura sino como una sincera comunión de valores, visiones e intereses. Recordemos que el PT es un partido vertical que ha tenido un solo presidente en sus diecisiete años de existencia, mismo que se acaba de reelegir por otro periodo de tres años. También que se asume como parte del movimiento bolivariano y, por tanto, sus miembros son chavistas confesos. Y por último que su pragmatismo ha quedado de manifiesto al postular candidatos como Ulises Ruiz, Jorge Hank Rohn y Ana Rosa Payán. Son tal para cual y no a todos los líderes se les puede pedir la estatura, humildad y honestidad de Salvador Allende, el cual reconoció: “todo lo que soy se lo debo a mi partido”…

domingo, 20 de julio de 2008

NULIDAD

Tan sólo por los cuatro meses transcurridos, la anulación de la elección interna perredista parece de sentido común. Si además se considera el desgaste público que ha significado que durante ese tiempo se recorrió un camino sinuoso lleno de contingencias que rebasaron la débil institucionalidad partidaria y en el que privaron las acusaciones mutuas, los excesos declarativos y la defenestración cotidiana del proceso, entonces la decisión de la Comisión Nacional de Garantías se observa como prácticamente irrebatible ante la opinión pública. Sin embargo, y no obstante también que resulta más que comprensible la visión de que, al margen de las consideraciones jurídicas, el costo menor para el partido –si se le puede llamar así- es no darle el triunfo a alguno de los contendientes principales para no reavivar la guerra que se apaciguó con la gestión de Guadalupe Acosta Naranjo, encuentro en todo esto una injusticia que incluso va más allá de la elección del ya lejano 16 de marzo. Me refiero al infame e indigno veto que desde hace años existe contra Jesús Ortega como castigo a su independencia y fuerza interna, cuestiones que el carismático ex candidato presidencial considera como amenazas a su poder y ascendencia. Es notorio que Andrés Manuel López Obrador procura la incondicionalidad.

¿Cómo se llegó a este punto de descomposición en el que la nulidad se volvió “optar por lo sano”? Primero por el enrarecimiento de la contienda debido a la intervención descarada e ilegal de AMLO a favor de uno de los candidatos al más puro estilo de Fox. Luego porque se pretendió decidir la contienda con un golpe mediático demoledor y no con los votos. Pensaron que, como lo había hecho en otras ocasiones, Ortega aceptaría los resultados de los conteos rápidos sin constarlos con las actas y que la misma noche del domingo se cerraría el capítulo. Leonel Cota guardó con llave en su cajón durante días la base de datos reportada por las encuestadoras y cuando éstas se pudieron contrastar se demostró su poca confiabilidad. Roy Campos de Consulta Mitofsky declaró en un acto de honestidad intelectual que “Jesús Ortega hizo muy bien en no aceptar los resultados”. Como las cifras no cuadraban con el triunfo declarado de Alejandro Encinas se detuvieron ilegalmente los cómputos, primero en el PREP y luego en los estados. Tuvo que ser el Tribunal Electoral el que obligara a sumar el 100 % de los votos; pero cuando eso sucedió ya habían pasado dos meses de una lucha sin cuartel. La consigna lanzada por el que encabeza el gobierno legítimo era que de ninguna manera apareciera el líder de los Chuchos adelante en la elección. Por eso renunciaron los integrantes del Comité Técnico Electoral antes siquiera de concluir los cómputos y Cota se aventó la puntada de acordar una sumatoria de tan sólo el 83%.

Con la nulidad AMLO no impone a su candidato, pero mantiene el veto contra quien lo desafió buscando un cargo relevante sin contar con su bendición. Empate a uno en el que pierde el PRD. Pero ya conocemos a nuestro amigo Andrés Manuel: cuando gana, gana; y cuando pierde… de cualquier manera quiera ganar. El veto contra Jesús Ortega ya lo extendió a Guadalupe Acosta Naranjo por haber osado hacer una propuesta de diálogo a los presidentes del PRI y del PAN sobre la reforma energética para intentar construir una propuesta que no sea privatizadora, que beneficie al país y que le dé una salida a la polarización y enrarecimiento que este tema ha generado en la sociedad. El Señor de los Vetos manda decir que al que está no lo acepta y que se debe buscar uno de consenso, es decir, a alguien que cuente con su venia. Olvida –o al menos finge demencia en esto- que antes de consensar a un presidente interino se debe consensar que se vaya Acosta Naranjo, lo que no parece viable, pues éste cuenta con el apoyo de la mayoría y, a ojos de propios y extraños, ha hecho un buen papel.

Pero no hay que adelantar vísperas. Falta todavía escuchar la última palabra, la cual será pronunciada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y que podría restituirle el triunfo a Jesús Ortega. Mientras eso sucede, el PRD tiene una dirección que ha generado estabilidad, recuperado la iniciativa política e incluso, no obstante la situación tan difícil, traído buenos resultados electorales de Nayarit. A final de cuentas, resulte lo que resulte, será el Congreso Nacional convocado para finales de agosto el que marque el derrotero a seguir.

Lo único evidente es que no va a haber elección interna antes de las elecciones de 2009. Incluso quienes promueven ese despropósito lo saben bien y simplemente usan esa demanda descabellada como estrategia para forzar una negociación, aunque, por lo mismo, es previsible que el tiro les salga por la culata. Para todos es claro que en las condiciones actuales hacer un nuevo proceso sería no sólo atentar contra la inteligencia sino también hacer un alevoso acto de izquierdicidio.

Es verdad que urge y es de vital importancia un pacto político en el PRD para enfrentar juntos el 2009 y establecer nuevas formas de convivencia. Con la división todos pierden. Pero la responsabilidad de dicho acuerdo no recae sólo en una de las partes. Por eso, en lugar de mandar emisarios, sería muy sano que el propio López Obrador participara directamente en las pláticas y se comprometiera con los acuerdos. Además, como los vetos envilecen, bien haría en dejarlos en casa y mostrarse dispuesto a una negociación equitativa, equilibrada y recíproca en la que todos cedan algo por el bien del conjunto. Se vale soñar.


De paso…

Diálogo. Guadalupe Acosta Naranjo soltó la iniciativa de dialogar con el PRI y con el PAN para sondear la posibilidad de construir una reforma energética de consenso, que sea compatible con los principios de la izquierda, la historia y tradición nacionalista del país en ese rubro y beneficie a PEMEX. Esto le ha valido ser tachado de “ingenuo” por parte del fundamentalismo pejista. Pero hablando en plata, la ingenuidad es de los que sostienen que van a derrocar a Felipe Calderón. Eso lo saben hasta en el círculo más cercano del político tabasqueño. El problema es como de cuento: ¿Quién le pone el cascabel al gato? ¿Quién se lo dice a Andrés Manuel? Para eso se necesita más que valor, pues es muy fácil engrosar la ya kilométrica lista de vetados del Peje… Por cierto, la conclusión del Rector de la UNAM después del foro de primer nivel que organizó la Máxima Casa de Estudios del país es que se haga una reforma energética “de consenso”. Espero que la Jihad Pejista no acuse también a José Narro Robles de ingenuo… Ni siquiera en el momento más crítico la presidenta de la Comisión Nacional de Garantías actuó con institucionalidad y decoro. Ernencinas Godoy, perdón, Ernestina Godoy, le quitó la estafeta a Noroña y se hizo vocera de Alejandro Encinas; se atrevió a dar una conferencia de prensa facciosa para demostrar que, además de las matemáticas, la vergüenza tampoco se le da. Precisamente ese vicio de subordinar las instancias partidarias a los intereses particulares es lo que hizo crisis… Y hablando de Alejandro Encinas, ojalá se desanoroñe y vuelva a hacer el que era antes de ser el candidato del Peje, digo, porque era un político que daba gusto tratar. Ojalá también alguien le hiciera notar que el insulto burdo, además de que no le queda, suele convertirse en bumerang… Aunque parezca mentira, los defensores de Chigil reclaman que no haya impunidad en el PRD tras la anulación de las elecciones internas. Se les debe tomar la palabra y no permitir que luego se hagan los occisos… ¿Quién lo dijera? El director del Instituto de la Juventud del Distrito Federal está muy agradecido con los diputados de Nueva Izquierda en el Distrito Federal. Con eso de que van a reducir la edad para otorgar las pensiones a los adultos mayores, está frotándose las manos para reclamar la suya… Quesque para salvar al FAP Andrés Manuel López Obrador esta ofreciéndole al PT y a Convergencia que en el 2009 hará giras en algunas partes del país para pedir a los ciudadanos que crucen el emblema de esas organizaciones en demérito de su partido… Pese a todo, la consulta va. Hay que votar este 27 de julio; es importante. No olvide su credencial de elector…

lunes, 14 de julio de 2008

LOS SALDOS DEL NEWS DIVINE

14 de julio de 2008



Fernando Belaunzarán


En el país del Gober Precioso, de Ulises Ruiz y de Juan Camilo Mouriño debe valorarse que en el Distrito Federal no haya prevalecido la impunidad por el desastroso operativo policiaco que costó la vida a doce personas. Así mismo, debe reconocerse que el jefe de Gobierno cumplió su compromiso al acatar las recomendaciones de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y que ya no estén en sus cargos los responsables de más alto rango de las dependencias involucradas. Sin embargo, no hay margen para la autocomplacencia ni en el gobierno ni en el PRD. La gravedad de lo acontecido obliga a reflexionar, revisar y corregir, no sólo para guarnecer al principal bastión perredista de cara a unas elecciones intermedias complicadas sino también para reforzar el perfil de izquierda liberal y democrática que deben tener las administraciones encabezadas por el partido del sol azteca. En ese sentido, la tragedia del News Divine debe ser un parteaguas.

Por supuesto, si se piensa que el problema es exclusivamente de imagen y lo único que hay que hacer es crear una campaña mediática eficaz para enfrentar los efectos dañinos del suceso, entonces quiere decir que se considera que todo está muy bien, que tan sólo fue una “lamentable cadena de errores” que pudieron evitarse, que con el castigo y la salida de los responsables se pagan las culpas y que lo que se requiere es volver lo antes posible al carril de la cotidianidad abandonada por una imprevisible contrariedad, cuyos daños ya están controlados. No es difícil suponer que algún insensible burócrata pudiera razonar así, pero después del informe de la CDHDF esa visión resulta absolutamente insostenible.

Emilio Álvarez Icaza puso un espejo frente a la izquierda en el poder y la imagen que le regresó está lejana de los ideales, anhelos, valores y propuestas que durante duras décadas de enfrentamiento contra el autoritarismo priísta forjó esa tendencia política en la capital del país. Eso no quiere decir que no se hagan cosas buenas y congruentes en la administración capitalina, mismas que se deben preservar y resaltar; pero sería engañarse afirmar que las razzias policiacas son el único resabio, la última trinchera en la que hasta hoy se parapetan las concepciones autoritarias del viejo régimen en la Ciudad de México. Ya nos dimos cuenta en todo el país que era más fácil derrotar al PRI en las urnas que al priísmo como cultura política.

No, la tragedia no fue causada por “errores” sino por la implementación de una política “sistemática e institucionalizada” que criminaliza a jóvenes cuya única falta –si se le puede llamar así- es beber cerveza en establecimientos regulados por la autoridad delegacional y en la que se violan los derechos humanos de los que debieran ser tratados como víctimas y no como delincuentes. Ya hemos dicho que el objetivo de estos operativos no era otro que la promoción mediática de la policía haciendo redadas espectaculares que produjeran cientos de detenidos y que den sustancia al mensaje de cero tolerancia que vino a promover hace algunos años Rudolph Guliani y que en tiempos de zozobra frente a la inseguridad creciente resulta rentable para acrecentar preferencias electorales. Sin embargo, dicha concepción persecutoria necesariamente de jóvenes y pobres es incompatible con el PRD y su historia y expresa exactamente lo contrario a los programas sociales que se implementan en la misma ciudad. Junto a las doce estúpidas muertes que no debieron haber ocurrido, feneció también el gulianismo, el verdadero error de aquel infausto 20 de junio.

Es evidente que se necesita replantear la concepción de seguridad pública y de la procuración de justicia en la Ciudad de México para que éstas hagan compatible la eficacia en la persecución del crimen y la prevención del delito con el respeto pleno a los derechos humanos y sin sacrificar libertades civiles y políticas; una verdadera visión humanista de la seguridad y la justicia en una época en la que la apología de la violencia está por todas partes y la fuerza suele imponerse sobre la razón y el derecho.

Ahora bien, como ya había adelantado, el problema no se circunscribe a la policía y la relación de ésta con los habitantes a los que debe proteger. Parto de la convicción de que el sello de izquierda de un gobierno debe abarcar todas sus políticas. No se puede, o al menos no se debe, ser de izquierda en los programas sociales y de derecha en la seguridad pública; progresista en la promoción de la cultura y retrógrada en la estigmatización de los jóvenes y sus costumbres; liberal en el reconocimiento de la diversidad y conservador en la democracia. Para eso es el Programa de un partido, para que haya congruencia entre políticas que deben expresar los valores que lo animan y que tienen su realización en un modelo de sociedad que debe guiar su acción política.

En ese sentido, la auténtica división de poderes que existe en la Ciudad de México debería enorgullecer a los perredistas, así como el contar con una comisión de derechos humanos autónoma e independiente que no controla el gobernador ni es una veleta como la que tenemos a nivel federal. De la misma manera, el Programa del PRD indica hacia donde caminar, pues ahí está establecida su convicción republicana y municipalista. En lugar de concentrar el poder y reforzar el centralismo, la capital de los Estados Unidos Mexicanos debe caminar hacia ser la entidad 32 de la República.


De nada. Gracias al bloque de Nueva izquierda y ADN, Andrés Manuel López Obrador puede retar a debate a Felipe Calderón sin riesgo de ser sancionado por las instancias jurisdiccionales del PRD. Recordemos que en el último Congreso Nacional la Jihad Pejista, encabezada por Martí Batres y Gerardo Fernández Noroña, abandonaron la sesión y rompieron sus votos tras rechazarse la prohibición expresa a debatir con el titular del Poder Ejecutivo… Y hablando de mi amigo Gerardo: ¿Qué le habrá pasado? ¿Por qué se habrá quedado callado? ¿Por qué no regañó a Leonel Cota por declarar sobre los errores de AMLO en el 2006? ¿Acaso no le habrá llegado la síntesis informativa que él mismo elabora? ¿Será que ya está siendo tentado por el colaboracionismo? ¿Lo veremos en adelante modosito y moderado? ¿Le quitarán la suscripción vitalicia del Sendero del Peje? ¿O estamos ante un ardid publicitario para que los periodistas vuelvan a asistir a sus conferencias de prensa?... Con el fin de agradar a su patrón, algunos han querido comparar el 2006 con 1998 difundiendo la insidia de que al líder de entonces, Cuauhtémoc Cárdenas no quiso enfrentar al sistema como sí lo está haciendo López Obrador. La comparación es en sí excesiva, pues en 1988 no hubo las condiciones institucionales, económicas, políticas y organizativas que se tuvieron en 2006 para competir por la presidencia. Pero además, en lo que se refiere a “enfrentar al sistema” también es un exceso. Enfrentar a Carlos Salinas costó más de quinientos muertos. Hasta ahora, proclamarse “presidente legítimo” y recorrer el país hablando de resistencia civil ha sido un picnic en relación con lo ocurrido en ese entonces, aunque, eso sí, con desastrosas consecuencias electorales… Pero nadie tan patético como Porfirio Muñoz Ledo que en su afán de ser diputado se presenta como el radical de entonces y de ahora, olvidando su paso por el foxismo y su visita a Los Pinos para pedirle a Salinas que le permitiera competir como candidato a la gobernatura de Guanajuato y que le otorgaran su pensión por sus años en el servicio público…Después de asistir a la fiesta de uno de sus nietos, el director del Instituto de la Juventud del DF por fin se apareció y en pleno News Divine anunció que en el expropiado lugar harían tardeadas con “agüita” –como si la cerveza y la forma en que se divierten los jóvenes hubiera tenido la culpa de la tragedia- y se invitará a los padres de familia para que observen tan sano esparcimiento. Con este desplante mojigato para cultivar “buenas conciencias” demuestra que al menos él no entiende nada y es más sano su mutis. Y pobres jóvenes a los que obliguen a ir a una tardeada tan “aguada”… Francisco Chiguil cree que puede regresar a gobernar la GAM. La difícil y lamentable situación personal por la que atraviesa quizás explique el por qué no alcanza a ver la magnitud de los hechos y no comprenda todavía que dadas las circunstancias su cargo ya es insalvable. La que no tiene disculpa es Alejandra Barrales cuya actuación facciosa le afecta a todo el PRD. Por la obsesión de mantener para su grupo interno esa demarcación está involucrando al partido en una causa perdida e indefendible que da pie a que lo comparen con lo que hace el PRI respecto a Mario Marín y Ulises Ruiz y el PAN con Juan Camilo Mouriño…

martes, 8 de julio de 2008

20 AÑOS DEL 6 DE JULIO

7 de julio de 2008


Fernando Belaunzarán


En 1988 la izquierda nunca tuvo la elección en la bolsa. Contra todos los obstáculos y adversidades imaginables e inimaginables, el movimiento democratizador más importante en la historia del país se abrió paso desafiando a un sistema omnímodo, autoritario y corrupto que hizo todo por aplastarlo. En aquellos tiempos, la autoridad electoral dependía directamente del gobierno federal; el PRI tenía mayoría absoluta en el órgano colegiado e imponía todas sus decisiones. Además, ese partido gobernaba los 31 estados de la república, el Distrito Federal y más del 95% de los municipios del país. Los medios de comunicación estaban subordinados al poder del Estado y no se preocupaban por cuidar las formas. La cobertura informativa era descaradamente desequilibrada y facciosa y, por lo mismo, la guerra sucia no se distinguía del resto de los mensajes porque era cotidiana y permanente. Eran otros tiempos y ser oposición implicaba riesgos a la libertad e incluso a la vida. Las libertades y reformas democráticas que vinieron después le deben mucho a ese 6 de julio de 1988, día de la insurrección cívica que cimbró al partido de Estado y lo resquebrajó de manera irreversible.

1988 es inseparable de Cuauhtémoc Cárdenas, el hombre que encabezó la ruptura en el PRI, generó alrededor de él una insólita unidad entre las fuerzas de izquierda más diversas, contrarió las políticas económicas neoliberales y defendió la tradición nacionalista y popular de la revolución mexicana. Su popularidad no fue resultado de la obra de gobierno, aunque fue Gobernador de Michoacán. Sin duda le ayudó ser hijo y heredero político de su padre, El General Lázaro Cárdenas, el ex presidente más entrañable para los mexicanos, pero su magnetismo se debió también a la entereza, sencillez y franqueza con la que enfrentó la desigual lucha contra el régimen priísta y se relacionó con el pueblo mexicano. La empatía que generó con millones de personas era notable, aunque peculiar.

El gesto adusto y serio y la falta de elocuencia no lesionaban su aura ni interferían con la comunicación subterránea, mágica, casi mística, que mantenía con amplios sectores, no sólo marginados sino también de la clase media y la intelectualidad. La devoción no fue fortuita. Al ingeniero Cárdenas, a pesar de no tener dotes de orador, se le escuchaba con atención porque sabía escuchar y transmitir confianza.

No era la perspectiva de ser beneficiarios de programas sociales lo que la gente veía en él sino al único que podía enfrentar y vencer al PRI y conformar un gobierno nacionalista y popular que revirtiera los efectos de la crisis. La gente se identificó con “El hijo del general” porque era el que mejor representaba el deseo de cambio al tiempo que rememoraba al Estado benefactor ya desmantelado. Era también el centro de un juego de símbolos de larga tradición: el padre bueno, el caudillo que enfrenta a los poderosos para beneficio de los desprotegidos, el hombre valiente que está dispuesto a correr los riesgos para traer a estas tierras ese valor encarecido llamado Justicia. Muchas circunstancias, mucha historia, muchas creencias, mucha desesperación confluyeron para ese momento único de la historia nacional.

Eran los tiempos de las elecciones de Estado como parte de la identidad nacional y no existía ningún contrapeso o equilibrio institucional para detener excesos. La intervención facciosa de los gobiernos priístas era una normalidad política que rehusaba ser revisada.

En aquel entonces los partidos fueron rebasados por el movimiento y las condiciones para competir eran muy limitadas. Cuahutémoc hubiera querido contar con el partido que en el 2006 fue despreciado y hecho a un lado –por eso lo conformó un año después. Por supuesto, también con los tiempos en radio y televisión o con la cobertura informativa que existieron en el último proceso. Sobra decir que no había recursos para pagar brigadas o activistas que promovieran el voto o quisieran sumarse a la estructura electoral, ya no digamos los 400 millones de pesos que hace dos años se destinaron para sostener estructuras virtuales. En 1988 el trabajo era básicamente voluntario y los riesgos de represión tan reales que fueron hostigados y detenidos activistas en distintos lugares del país y gente cercana al candidato, Francisco Javier Ovando y Román Gil Heráldez, fue incluso asesinada. Todavía vivía esa momia tenebrosa de nombre Fidel Velásquez que ante dichos crímenes escupió una estampa macabra del viejo régimen: “fue un pleito de cantina”. Después de esos muertos seguirían quinientos más en el sexenio y antes de que el PRD gobernara su primera entidad tuvo que resistir, con Cuauhtémoc Cárdenas a la cabeza, todo el peso del sistema, pues Carlos Salinas estaba obsesionado con destruirlo.

En 1988 los medios no fabricaron un candidato para después asustarse de su obra y combatirla. La imagen de Cuahutémoc no fue obra del presupuesto público ni tuvo acuerdos con las televisoras para difundir favorablemente sus dichos y hechos. Los grandes poderes fácticos tampoco coquetearon con él ni lo promovieron como una posibilidad para gobernar. Al contrario, resistió y se fortaleció al castigo desde el primer momento, desde antes de salir del PRI. Se arriesgó a entrar en la UNAM para hacer un mitin contra la oposición manifiesta y activa del gobierno federal y de las autoridades universitarias que respondían a los intereses priísta y no se arredró a pesar de que la intervención gubernamental fue grosera y prepotente y el linchamiento político y mediático contra el neocardenismo no tuvo pudor alguno.

A diferencia del 2006, el fraude fue descarado y las huellas del mismo quedaron por todas partes. Por supuesto, eso no minimiza todas las inequidades, mañas y trampas que se hicieron para evitar el triunfo de Andrés Manuel López Obrador. El fraude, sea sutil o sea burdo, no deja de serlo. Pero hace veinte años, ¿cuánto habría dado la izquierda por tener las condiciones que tuvo en la última elección presidencial? Estoy cierto que no hubiera permitido que se escamoteara su triunfo, menos aún habiéndolo tenido en el bolsillo.


De paso…

¡Bravo! No tengo la menor simpatía por Álvaro Uribe, pero me alegra y conmueve la liberación de Ingrid Betancourt y demás secuestrados a tal grado que considero que no debe escamotearsele el mérito del rescate, así no haya sido ejecutado como el guión de película holliwoodense que nos contaron. Las FARC están en descomposición y justamente repudiadas dentro y fuera de Colombia por utilizar métodos deleznables que desmienten cualquier buena causa que digan sostener. Lo único que les queda es liberar a todos los secuestrados que tienen y hacerle caso a Hugo Chávez, pues en eso tiene razón: deben desarmarse y acordar la paz… Los informes sobre el caso News Divine esperamos que sirvan para que la sociedad sepa exactamente qué pasó, por qué pasó y quiénes son los responsables. De seguro Marcelo Ebrard actuará en consecuencia y honrará su compromiso de que no habrá impunidad. No resisto, sin embargo, a hacer una exigencia como miembro de la dirección nacional del PRD y en concordancia con la historia, los postulados y principios de mi partido: ¡Basta de perseguir a los jóvenes por divertirse! ¡Ni una razzia, redada o apañón más!... Preocupa leer a viejos militantes de izquierda convertidos en periodistas del oficialismo reproducir argumentos que normalmente usan los conservadores para exculpar a los policías de sus excesos contra los jóvenes. Ahora resulta que escandalizan de cómo éstos se divierten y hay quién casi se santigua mientras relata en forma melodramática que en el News Divine regalaban cerveza a “los casi niños” que se quitaran una prenda mientras bailaban en una jaula. ¡Qué horror! ¡A lo que hemos llegado! ¡Virgen Santa!... Por cierto, ¿no sería una buena idea y a la vez una buena señal que sean jóvenes los que implementen las políticas públicas para ese sector en la capital del país? ¿Alguien se imagina a un hombre al frente del Instituto de la Mujer? Y es que existen dudas de por qué en director del Instituto de la Juventud capitalino no ha dicho está boca es mía ante los lamentables hechos en la Delegación Gustavo A. Madero: A) Porque estaba escogiendo dentadura postiza, B) Porque le molestaba la artritis, C) Porque no se decidía sobre el color del tinte para cubrirse las canas. Aclaro que no estoy pidiendo que nadie entre a las estadísticas del desempleo -al fin y al cabo, según ha trascendido, hay plazas disponibles en la policía… Buenas cuentas entrega el Presidente Nacional del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo, de las elecciones en Nayarit. De no gobernar ningún municipio ahora el perredismo gobernará cuatro y además logró la victoria en tres distritos locales…Ya sabremos pronto quién ganó la elección en el PRD, según la Comisión Nacional de Garantías. Crucemos los dedos para que no triunfe ni la impunidad ni el veto…