lunes, 8 de marzo de 2010

PACTOS PERVERSOS

Fernando Belaunzarán

Se confunden los que ven en la secresía de un acuerdo el motivo para desgarrarse las vestiduras y señalar responsables de la degradación política. La discreción de un pacto no necesariamente implica una negociación inmoral e inconfesable que atenta contra el interés público en razón de ventajas facciosas, aunque éste sea, sin duda, el caso del que se acaba de dar a conocer por parte del presidente del PAN, Cesar Nava, el cual firmó con su similar del PRI. Pero el agravio no radica en el carácter oculto que pudiera deberse a diversas circunstancias o a la naturaleza de lo tratado sino a lo que propiamente se acordó y a la evidente coerción con la que se consiguió. Esta falta de claridad es la que le está permitiendo al principal promotor del acuerdo, Enrique Peña Nieto, esconderse tras el huipil de la presidenta de su partido, Beatriz Paredes.

Si bien hay ocasiones en las que el sigilo puede ayudar a conseguir objetivos loables o al menos legítimos, en esta ocasión sirvió para esconder un acuerdo indefendible política y moralmente, no obstante que algunos priístas en su triunfalismo cometieron el cinismo de filtrarlo desde el año pasado; pero éste no se confirmó sino hasta que se presentó la molestia por su incumplimiento generando tal ruido que sus protagonistas tuvieron que reconocerlo. Sin embargo, el punto no es quién rompió el pacto, pues antes debe establecerse su legitimidad ya que de ello depende la obligación que las partes tienen con el mismo.

Por principio de cuentas se trata de un documento elaborado para la tranquilidad de una solo persona, del beneficiario indiscutible de este pacto que no es otro que Enrique Peña Nieto. Se sabe que también hubo un acuerdo explícito respecto a Oaxaca, pero a Ulises Ruiz le bastó la palabra de Fernando Gómez Mont, Secretario de Gobernación, en el entendido de que la imposibilidad de las alianzas con el PRD valdría para todas las elecciones. Pero el caso es que al único que le servía el documento signado es al gobernador del Estado de México, pues ahí se estipula únicamente lo relacionado con el estado que gobierna y, por tanto, se le asegura que enfrentaría a la oposición dividida y, por lo mismo, que contaría con las condiciones ideales para heredar el poder y seguir su camino a Los Pinos sin contratiempos.

El documento no dice a qué se compromete Peña Nieto a cambio. Señal inequívoca de que fue pedido por él como garantía y contraprestación de lo que dio. Se podría decir que renunciar o limitar la facultad que da la ley a los partidos para hacer alianzas con las diversas opciones políticas está en el ámbito discrecional de cada organización y puede ser materia de negociación. Pero en todo acuerdo hay al menos dos partes y hay que conocer el otro lado del carrete, lo que se ofreció para conseguir dicho compromiso, además de si se trató de una decisión libre y consciente o hubo engaño o coerción.

Ya no hay secreto y existe información confiable de lo que le tocaba aportar al PRI y en rigor queda muy poco espacio para la duda, entre otras cosas porque se confirma con lo que filtraron en su oportunidad los propios priístas para justificar su voto a favor del IVA, porque embona con lo acontecido con Gómez Mont y su partido y porque coincide en tiempo, modo, lugar y, muy importante, interés. Peña Nieto empujó en la bancada del PRI la aceptación del paquete económico con todo e IVA para que Calderón y el PAN le aseguraran el mantenimiento de la esa gran plaza que es el Edomex. Por eso podemos decir que el acuerdo consistió en proporcionar al gobierno federal los votos del PRI en las cámaras para aprobar el incremento a los impuestos a cambio de que se le pavimente al gobernador de la entidad más poblada del país el camino para ser Presidente de la República.

Digámoslo en su crudeza. Se trato de un acto de extorsión: “Tengo secuestrados los impuestos y el gasto del país. Si quieres verlos aprobados entonces me consigues un documento firmado por el presidente de tu partido para que no se junten con el resto de la oposición en las próximas elecciones”. Ejemplo por demás elocuente de subordinación del interés público al interés faccioso. Sin embargo los poderes fácticos lo protegen al grado de repartir culpas a todos los demás a pesar de que resulta incuestionable que ese acuerdo se hizo y firmó porque Peña Nieto lo pidió. Insisto, él es el único beneficiario del texto suscrito y dado a conocer.

No puede exigirse el cumplimiento de un acuerdo arrancado bajo chantaje de la misma forma que no hay obligación de cumplir lo pactado con un secuestrador, menos aún cuando la presión ha dejado de existir y la víctima se encuentra en libertad. Es inaceptable que se utilice de rehén al bienestar de la sociedad, convirtiéndolo en moneda de cambio para conseguir ventajas particulares. Es inaceptable que la sociedad mexicana y el rumbo económico del país se encuentren al garete de los anhelos presidenciales de Peña Nieto y de sus veleidades.

A nadie extraña la protección mediática que goza Peña Nieto y que se busque desplazar la culpa hacia los que le cumplieron el capricho de tener el papelito firmado con la testificación del gobierno federal. Es incuestionable que la preeminencia de este gobernador se debe a su proyección televisiva que no es espontánea ni estrictamente informativa. Bueno, hasta su incompetencia en el reciente caso de la inundación en Chalco fue minimizada y, en buena medida encubierta. Es por los intereses que representa, no por su capacidad, lo que explica su buen posicionamiento rumbo a la elección presidencial.

Ignoró si el Peña Nieto y el PRI cumplieron o no con el compromiso no escrito en sus términos, pero eso es lo de menos. Un acuerdo en los términos en que se pactó y logrado mediante un burdo chantaje no puede ser política o moralmente obligatorio. Y al que todos debiéramos ver es al que extorsionó al gobierno federal y a su partido con el bien público para obtener ventajas personales. Por supuesto, resulta bochornoso que al menos el Secretario de Gobernación y el PAN hayan cedido al chantaje –eso por si alguien se cree que Felipe Calderón no estaba enterado.

Después de conseguir su acuerdo firmado mediante extorsión, Enrique Peña Nieto se fue al Vaticano a que el Papa lo bendiciera por su activismo en la penalización del aborto en diversos estados. Perdón, para que conociera que el joven gobernador contraería segundas nupcias con una estrella de las Telenovelas y sacar de dudas a Benedicto XVI que estaba muy intrigado y quería ser el primero en enterarse del chisme. Todo, por supuesto, debidamente transmitido y retransmitido por TV.

Llama la atención que en esta lucha por enfrentar cacicazgos, provocar cambios en algunas entidades de más de 80 años gobernadas por un solo partido y equilibrar la contienda rumbo al 2006, dos personajes con relación equívoca y contradictoria con sus partidos hayan decidido, con desplantes de fe principista que nadie cree, descalificar públicamente las alianzas y con ello servir objetivamente al triunfo de los caciques priístas y al avance de Enrique Peña Nieto en su carrera presidencial televisada. Con el afán de proteger al Presidente y mantener la interlocución con el PRI agraviado por el incumplimiento del pacto perverso del que fue testigo y a sabiendas que ese partido es determinante para cualquier reforma en lo que resta del sexenio, Gómez Mont nos quiere convencer que no sólo no informó a tiempo de algo tan importante a su jefe sino que él está en contra de esas coaliciones que atentan contra sus valores y, ya encarrerado y patinando, hasta contra la democracia misma. Andrés Manuel López Obrador por su parte, pensando en mantener una imagen de pureza que sólo sus seguidores comparten, descalifica las alianzas y hasta pretende que se piense que no apoya a su amigo en Oaxaca. Los golpes públicos dados por ambos a las alianzas pudieran ser definitorios a favor de los caciques y, en esa medida, del más viable candidato del PRI a la presidencia. Juegos fatuos, baile de mascaras, vanidades que recurren a la hipocresía por el peor de los pragmatismos: aquel que busca se esconde tras una pretendida superioridad moral autoasignada para sacar provecho personal. Por su parte, Peña Nieto, promotor y beneficiario del pacto perverso conocido, sigue avanzando hacia Los Pinos y se ríe de las divisiones entre sus adversarios. Es verdad que luego “nadie sabe para quién trabaja”. ¡¿Pero a sus años y con la experiencia acumulada que tienen estos dos lobos de mar?!

De paso…

Maciel. Hace no mucho, cuestionar a Marcial Maciel era una audacia que se pagaba caro gracias a su enorme influencia dentro de la oligarquía mexicana. Algunos comunicadores, como Carmen Aristegui, Javier Solórzano y Ciro Gómez Leyva, tomaron el riesgo de hacerlo y asumieron en su momento las consecuencias. El tiempo les dio la razón y ese cura pederasta ha sido juzgado ya por la opinión pública a la luz de sus acciones. Ésta y muchas historias más de menor, igual o mayor calado debieran llevar a la Iglesia a pensar en su reforma pospuesta. No son una, dos, tres ovejas descarriadas. Tiene que hacer algo y, esta vez, no puede esperar siglos… La encuesta reciente de Consulta Mitofsky coloca a Peña Nieto adelante en una relación de 4 a 1 a sus principales rivales de otros partidos: Andrés Manuel López Obrador y Santiago Creel. Esto demuestra que para evitar la restauración de Telenovela que se está cocinando se requiere una propuesta de fuera que sacuda el escenario, una opción ciudadana que sume y dé esperanzas de que el cambio hacia un mejor país sí es posible y, por tanto, que el regreso al pasado sería indeseable. En virtud de lo anterior: Juan Ramón de la Fuente pa’ Presidente… Pablo Gómez patinó al hacer la propuesta de otorgar el derecho a ser votados y a organizarse políticamente a los ministros de culto. Ruth Zavaleta en su momento hizo lo mismo, pero una vez que reflexionó sobre el asunto tuvo el valor de rectificar. La arrogancia de Pablo impedirá seguramente que haga lo mismo, pero ese no es el tema sino el de la ingenuidad, lo que parece imposible en un dirigente de más de 40 años en la izquierda. O, mejor dicho, la doble ingenuidad: La de pensar que con esa iniciativa la Iglesia le va, a poner palomita y dará vuelta a la página de los agravios que para ella han sido la despenalización del aborto y el matrimonio homosexual de tal suerte que lo acepten como próximo jefe de Gobierno; y la peor de ellas, el creer que Marcelo y AMLO efectivamente lo van a apoyar para la candidatura al gobierno del DF… Las chivas se quedaron en 8 triunfos al hilo. De regreso en la realidad…Los Pumas llevan 3 victorias consecutivas… Ah! Y muy importante. Hay que seguir ayudando a Haití y a Chile.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

este es un blog basura... no se ni para que entre aquí enjoy my visit o_O te hiciste tu día...

Anónimo dijo...

Excelente idea que el ex Rector sea Presidente de Mexico, tendriamos una esperanza de mejorar,sin corrupcion ni impunidad.
Maestra de la U.I.A.

Víctor dijo...

Supongo que tú compartes cama, comida y condones con Ortega y Círigo... ¿Qué es lo que te va a tocar por decir estas estupideces? ¿Es porque NI tiene la caballada muerta que estás buscando un hueso? ¿Y el que te tocaba en Iztapalapa por lambiscón y corrupto? ¿No te lo dieron? Pobrecito, tan honrada y ética que ha sido tu trayectoria...